Rescatar nuestra actividad económica: la próxima faseRescatar nuestra actividad económica: la próxima fase

Rescatar nuestra actividad económica: la próxima fase

Por: Alfredo Martínez-Álvarez, Jr.
May 21, 2021

Poco a poco, el país va retomando su normalidad. Tras el decreto de la última orden ejecutiva de la gobernadora, efectiva desde el pasado 4 de mayo, ciertas actividades económicas comenzaron a formar parte nuevamente de nuestro diario vivir, al tiempo que hemos visto flexibilizarse algunas normas para que los ciudadanos podamos movernos fuera de nuestros hogares.

Al menos, el balance en esta primera etapa de reinicio en la manufactura y la industria de la construcción ha sido favorable. En ambos casos, hemos logrado establecer protocolos de salud y seguridad para prevenir el contagio y proteger la vida de nuestra fuerza trabajadora que, en el caso de la construcción, representa alrededor de 45,000 empleos directos con un impacto inmediato en nuestra economía.

Cierto es que haber asumido el aislamiento físico a tiempo, como medida preventiva para evitar que se disparara la curva de contagio del COVID-19, fue una acción sensata y acertada del gobierno y, lo más importante, nos ha permitido como país asimilar la nueva realidad sociocultural que estamos viviendo, a la vez que vamos perfilando un plan de reinserción económica prudente de mayor alcance. Mas ahora tenemos que pensar en el próximo paso.

Es momento de echar a andar un nuevo capítulo en la agenda de reactivación de nuestra economía y ese es el gran reto al que se enfrentará nuestro gobierno en los próximos días, en unión al sector privado y a los expertos médicos y científicos. Con énfasis en las prácticas de distanciamiento físico, el uso de medidas protectoras y el establecimiento de estrictos protocolos de seguridad laboral, estamos en condiciones de avanzar hacia el restablecimiento de una franja mayor de nuestra actividad económica y social.

Por un lado, tenemos que rescatar las tasas de participación laboral que teníamos antes que nos sorprendiera esta epidemia porque, entre otras cosas, no resulta saludable para ningún país ver cómo sus índices de desempleo se disparan. Para esto, tenemos que trabajar juntos para evitar un desplome mayor.

Los indicadores económicos que circulan a diario en los medios informativos nos alertan de que, en la medida en que mantenemos suspendidas las actividades productivas en áreas de comercio y servicios, por ejemplo, miles de trabajadores, profesionales y pequeños y medianos comerciantes comienzan a sufrir más el impacto de la caída de sus ingresos.

Y esto es una situación que no puede consolarse únicamente con la espera por las ayudas económicas federales porque, como ya hemos visto, la asistencia que se ha dispuesto para que trabajadores y empresarios puedan paliar esta crisis no compensa las pérdidas en las que se ha incurrido.

Si no actuamos, corremos el riesgo de asistir a una profundización mayor de nuestra crisis, con empresas pequeñas, medianas y grandes que no resistan la continuidad de la parálisis.  Por eso tenemos que salir a trabajar, actuando responsablemente, para alcanzar una mayor normalización en todos los órdenes de nuestras vidas.

El COVID-19 nos acompañará por largo tiempo y tenemos que aprender a combatirlo sin anquilosarnos. Tenemos que estar listos para enfrentar los retos que impone la presencia de este virus y de cualquier otro, por nuestro bien y el de las futuras generaciones. Ante este nuevo desafío, y de cara a la nueva orden ejecutiva que la gobernadora deberá anunciar próximamente, algunas actividades que han estado hasta hoy restringidas deben flexibilizarse, como la apertura de toda actividad comercial que se desarrolle en espacios abiertos.

Además, la próxima fase de reapertura debe incluir centros de ventas de autos, mueblerías, comercios al detal, barberías y salones de belleza, entre otros. Asimismo, hay que contemplar la urgente necesidad de viabilizar los espacios para el ocio y el esparcimiento de nuestra ciudadanía. Nada debería impedirnos dar un paseo por algunos de nuestros parques, caminar o ejercitarnos por nuestras calles y disfrutar libremente de nuestras playas.

Eso sí, ninguna actividad económica va por encima del valor que tiene la protección de la vida de nuestra gente. Por eso, el gobierno debe actuar con prudencia y enfatizar en la vigilancia y el rastreo de los contagiados, así como en la disposición de más pruebas, de lo cual es principal responsable.

A su vez, hay que continuar enfatizando en la importancia de las medidas de seguridad laboral, en las prácticas de distanciamiento y en la importancia de cuidarnos. Esa parte nos corresponde cumplirla a todos los puertorriqueños y hemos demostrado gran aplomo en cómo hemos actuado y cumplido con las guías del gobierno, por lo cual el gobierno debe apostar a que todos los sectores de la sociedad estamos dispuestos a realizar el mayor esfuerzo en continuar educando sobre el manejo de esta crisis, con la salud como prioridad, mientras poco a poco retomamos esta nueva normalidad que es ineludible.

La agenda para reactivar nuestra economía no termina con el nuevo decreto que hará la gobernadora. Quedarán pendientes algunas actividades que requieren más evaluación, por tratarse de aquellas que propenden a la aglutinación de mucha gente. Pero vamos paso a paso. Lo importante es no detenernos.

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Sobre el autor

Alfredo Martínez-Álvarez, Jr. es presidente en Martinal y EDN,
y de la Asociación de Constructores de Puerto Rico.

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