Comprometido con un desarrollo económico sostenible, un banquero con visión, con buen juicio y un optimista que confía en que Puerto Rico va encaminado a convertirse en un mejor país. Así podríamos describir a Eli Sepúlveda, vicepresidente ejecutivo del Grupo de Crédito Comercial de Banco Popular, seleccionado como Banquero del Año por la Asociación de Constructores de Puerto Rico durante su pasada convención anual.
Eli Sepúlveda trae consigo un incalculable caudal de experiencias, ya que podríamos decir que “ha corrido todas las bases” en el área de crédito comercial en Puerto Rico.
Durante sus 35 años en Banco Popular, Sepúlveda ha atendido todos los mercados en Puerto Rico en el área de crédito comercial, construcción, automóviles, corporativo. Es responsable por la cartera de préstamos comerciales de Puerto Rico y Estados Unidos; y tiene a su cargo los segmentos comerciales de PYMEs, Corporativo, Construcción, Sector Público, y Auto Comercial.
Ha visto cómo se ha transformado la banca en la última década, entonces una banca más tradicional con muchos más competidores, a una banca con menos instituciones que tiene que actuar más ágilmente para atender las constantes crisis que han afectado a miles de sus clientes.
“A principios de este siglo había presencia en la Isla de bancos internacionales que ya no tenemos; había muchas opciones y alternativas. Ahora somos menos pero eso no quiere decir que no competimos en buena lid y competimos fuerte en este mercado. Prácticamente, quedan bancos locales que estamos sirviendo la economía; una banca bastante tradicional y de repente nos coge esta crisis”, menciona al referirse a esa primera década del siglo 21.
“Esa crisis”, admite Sepúlveda, “aceleró unos cambios en la economía. “Todo cambió, sin entrar en la situación financiera del gobierno. En la construcción fue posiblemente el golpe más duro, y un golpe duro para todas las partes, todo se detuvo, tan es así que algunos bancos no pudieron sobrevivir la crisis”, recuerda el Banquero del Año. “El impacto que eso tuvo en todos los jugadores fue dramático: bancos, desarrolladores, suplidores, contratistas, ciudadanos, proyectos que no se terminaron, otros que no comenzaron… yo diría que ese fue el comienzo de una gran crisis, la crisis de Estados Unidos que repercutió en nosotros. Ahí comenzó ese proceso”. Luego vino la segunda ola con el cierre de tres importantes bancos en la Isla como Westernbank, RG y Eurobank.
“Después cierra Doral Bank y cuando creemos que esto está comenzando a encaminarse, viene el huracán María, nos da muy fuerte; después del huracán vinieron los terremotos y después la pandemia. Una crisis tras otra. Ha sido una historia que ha hecho a Puerto Rico más fuerte; a los comerciantes sin duda los ha hecho más fuertes”.
“Los banqueros siempre hablamos de evaluar escenarios bajo estrés, y ya en Puerto Rico ese no es un ejercicio ficticio, es una realidad”. No obstante, reconoce la responsabilidad del banquero de estar siempre cerca de los clientes para apoyarlos a pasar esas situaciones, mantenerlos operando para salvar la mayor cantidad de negocios posibles en todas las industrias.
No empece a la crisis de la construcción en el 2008, y con situaciones muy complejas de manejar, Banco Popular nunca cerró su departamento de construcción. “No dejamos de atender oportunidades para Puerto Rico. En el área de la construcción, vimos como una responsabilidad muy seria estar cerca de nuestros clientes en momentos difíciles y probablemente tuvimos que hacer cosas extraordinarias porque es lo que requiere el momento. Por eso, en momentos de esas crisis nos acercamos a nuestros clientes, les ofrecimos alternativas de liquidez, que es lo primero que se afecta, para terminar, continuar o comenzar sus proyectos. A veces la necesidad es tomarlos de la mano y tomar decisiones difíciles, que puede ser en algunos casos no hacer desarrollos o fases adicionales, en otras ocasiones es acelerar el paso para echar ese producto adelante.
“En otros casos”, añade Sepúlveda, “es revisitar los diferentes proyectos y convertirlo en un producto diferente para adaptarlo a los tiempos”.
“En momentos en que no había construcción vimos grandes contratistas haciendo escuelas, algunos redujeron sus operaciones, otros se especializaron en áreas particulares, otros vieron más allá y se expandieron fuera de la Isla. Tenemos desarrolladores haciendo obras en la República Dominicana, en la Florida y en otras partes de Estados Unidos, y todo porque la crisis los obligó a sentarse, a pensar qué puedo hacer diferente”.
Reconoce el papel fundamental del banquero en esos procesos. “En cualesquiera de esas decisiones, la conversación con el banquero y el respaldo del banco es importante. Procuramos primero entender qué está pasando del lado de nuestros clientes, qué le está afectando porque ellos son los que están día a día, ellos son los expertos”.
Estas crisis, en parte, se han superado y hoy la industria de la construcción se encamina hacia la recuperación, pero ¿cómo vislumbra el Banquero del año que se comportará este mercado en los próximos años?
“Creo que hay que estipular que la banca en Puerto Rico está muy sólida, y los bancos están dispuestos y preparados para atender crecimiento y apoyo a la comunidad empresarial en la Isla. Hablo por Popular pero sé que todos los bancos en la Isla están igual de sólidos, y todo el mundo puede estar ahí”, indica Sepúlveda.
Hay cosas buenas pasando, creo que lo que se está proyectando a mediano y a largo plazo es muy positivo. Yo creo que estamos encaminados en ciertas áreas que quizás pudieran hacerlo mejor para apoyar. La diferencia va a ser la velocidad en ese paso, la oportunidad de Puerto Rico está en acelerar un poco ese paso en esa dirección de crecimiento económico y desarrollo sustentable. Creo que hay cosas que quizás atrasan esa velocidad, como la escasez de mano de obra, el aumento en los costos de los materiales, factores que sabemos siguen incidiendo”.
En lo que respecta a los fondos de construcción, Sepúlveda quisiera que las cosas se movieran más rápido. “Hay que reconocer que es un área nueva para nosotros hay un periodo de aprendizaje, pero mientras más rápido lo acortemos, más rápido podemos comenzar a ejecutar. Va a ser una época de desarrollo única para Puerto Rico, no solo en el desarrollo de vivienda, sino para atender algo que es fundamental, que es desarrollo de su infraestructura. Ahora tenemos la oportunidad de reconstruir un país desde el punto de vista infraestructura de carreteras, el aeropuerto, para eso nuestro presupuesto no nos alcanzaba.
Estoy optimista que vamos a aprovechar esa oportunidad; nuestros empresarios van a tener la oportunidad de hacer volúmenes de negocios que tal vez hacía tiempo no veían y al final eso va a llegar a cada una de las personas. Al final del camino tenemos la oportunidad de movernos a un mejor país en el aspecto socioeconómico.
En el área comercial también se siente optimista porque ha habido una combinación de ajustes que han hecho los empresarios, que han producido mejores resultados de los esperados.
“Yo diría que la mayor parte de las industrias están ganando dinero, probablemente a diferencia de años anteriores cuando solo lograban cubrir gastos, ahora vemos que sus márgenes están mejorando y creo que eso abona, fortalece el optimismo y la mente del empresario. Soy fiel creyente que, si creemos que las cosas mañana van a ser mejores que hoy, vamos a movernos a hacer cosas. Si, por el contrario, no creo que las cosas van a ser mejor que hoy, me voy a sentar a esperar y por diferentes razones la gente se ha motivado a hacer cosas”.
“Estamos viendo algo que hacía tiempo no veíamos. Estamos viendo actividad en todos los sectores, vemos el mercado pequeño muy activo. El mercado de clase media muy activo, en diversas regiones de la Isla (y) que eso es importante.
“En el sector de vivienda para adultos mayores vemos proyectos que se están construyendo para atender ese segmento, En el área de multifamiliar, que hace mucha falta, el año pasado financiamos sobre $50 millones y ahora tenemos sobre 14 proyectos en ese segmento. Son proyectos nuevos que cumplen con todos los estándares, es algo muy positivo para toda la población en Puerto Rico. El reto es cuán rápido se puede construir”.
“Ir a la casa de campo, a mi refugio, leer y sacar tiempo para pensar, para planificar, para retar los pensamientos de uno mismo”. También disfruta viajar y le llena de energía y positivismo estar en la calle. “Los banqueros tenemos que estar en la calle, salir, visitar, ver negocios, observar… es algo fundamental para, primero, corroborar si como banquero estamos haciendo lo correcto y, segundo, para tener un mejor pulso de lo que está pasando en la calle y ver cómo podemos ser facilitadores de toda esa actividad económica, sobre todo, el desarrollo del país, porque al final del día, si el país está bien, todos estamos bien”.
