1 de junio de 2018
Recientemente, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano Federal (HUD) anunció la asignación de $18,400 millones para el programa CDBG-DR en una movida histórica para la nación estadounidense. Junto a las asignaciones anteriores de $1,500 y $9,000 millones, el programa tendría un total actualizado de $28,900 millones. Con estas asignaciones Puerto Rico cuenta con los recursos para lograr cambios significativos en el sector de vivienda. Luego de casi siete meses del paso del huracán María, se hace necesario que las iniciativas de mitigación comiencen a materializarse.
La construcción de vivienda en Puerto Rico se ha caracterizado por problemas de acceso a cumplimiento con los códigos que rigen esta actividad. Cerca del 55 por ciento se realiza por la vía informal por una multiplicidad de razones. Estas construcciones sufrieron desproporcionadamente más daño por el paso de los huracanes del 2017 que las construidas formalmente.
Datos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias(FEMA) apuntan a que el 98 por ciento de las viviendas que construyeron con sus debidos permisos tuvieron poco o ningún daño. Esto es independientemente del código de edificación que aplicaba al momento de la construcción. Estos datos solo refuerzan la importancia de construir en cumplimiento con los códigos de edificación y los reglamentos de planificación.
No nos engañemos, las cerca de 35 mil familias que perdieron su hogar, y las sobre 180 mil que tuvieron algún otro tipo de daño, necesitan resolver su problema habitacional. Si no tienen los recursos para obtener (o construir) una vivienda formal y planificada acabarán haciéndolo otra vez de manera informal. Mientras más tarde lleguen las ayudas y los programas, mayores probabilidades a que se repitan nuestros problemas. Y lo peor es que ya esto ha pasado anteriormente.
Uno de los requisitos de las agencias federales para acceder los fondos asignados por FEMA o HUD es tener un código de edificación con requisitos de comportamiento similares a los promulgados por el código modelo del Consejo Internacional de Códigos (ICC) en su edición más reciente. Envolverse en la adopción de un nuevo código toma más de un año para hacerlo apropiadamente.
Por otro lado, debido a cambios en factores para calcular cargas en los códigos modelo del 2018 promulgados por el ICC, resulta que el código de edificación adoptado en Puerto Rico en el año 2011 es más conservador. Para obtener las presiones de viento correspondientes a 145 millas por hora especificadas en el código vigente, habría que utilizar velocidades de viento equivalentes a 190 millas por hora en el código propuesto. Gracias a esto, el código vigente cumple con el requisito antes expresado.
La Asociación de Constructores ha apoyado el que se acepte el código de edificación vigente como adecuado para propósitos de los programas de mitigación. El proceso de revisión que se lleva a cabo desde enero de esta manera podrá continuar su proceso normal sin presiones de tiempo adicionales.